El abuelo Joseíto creció en un pequeño pueblo cordobés, donde comenzó yendo de casa en casa haciendo embutidos, ganándose así el cariño y reconocimiento de todos sus vecinos.
Posteriormente abrió una carnicería en su localidad y se convirtió en un pilar fundamental en el éxito de otras carnicerías familiares.
Su determinación y trabajo incansable le permitieron superar todo tipo de obstáculos, demostrando ser un gran ejemplo de perseverancia y dedicación para su familia.